Historia
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Descubra la fascinante historia del oppidum de Ensérune, una ciudad celta en la encrucijada de civilizaciones.
Creada hacia el 575 a.C., Ensérune es una ciudad fortificada (un oppidum ) encaramada a una colina cuyas empinadas laderas ofrecían una protección natural. Este tipo de asentamiento es típico de la Edadde Hierro (850-50 a.C.).
Los autores antiguos atribuyen su territorio a los Elíseos y, más tarde, a los Volco-Tectosages. Los celtas alcanzaron un alto nivel de dominio en las artes del fuego, la cerámica y el vidrio. Florecieron la metalurgia del hierro, la orfebrería y la acuñación de monedas de plata.
Las espadas, los cascos y los escudos ceremoniales decorados con motivos animales y realzados con coral adquirieron renombre entre los grandes ejércitos del Mediterráneo.
© José Daniel Cabrera Peña / Centre des monuments nationaux
Hacia el año 600 a.C., la creación de puertos griegos como Massalia (Marsella), Agathé (Agde), Emporion (Ampurias) y Rhodé (Rosas) aumentó los contactos con los mercaderes mediterráneos, que controlaban la importación de mercancías procedentes de los puestos comerciales orientales.
En Ensérune, esta influencia de la esfera comercial griega estuvo en pleno apogeo durante casi 500 años. El ejemplo más llamativo es el éxito indiscutible de la vajilla de lujo de vidriado negro, en particular los cuencos y cráteras griegos.
© Laurent Lecat / Centre des monuments nationaux
De 450 a.C. a 200 a.C., el destino de Enserune permaneció estrechamente ligado al mundo ibérico. El mundo ibérico: en Ensérune se han descubierto más de 1.000 grafitos en alfabeto ibérico grabados en cerámica.
Se trata de la prueba más importante en Europa de esta lengua aún enigmática.
Al norte de los Pirineos se formó una vasta comunidad cultural ibérica, con hitos como Port-Vendres, Caucoliberis (Collioure), Illiberis (Elne), Ruscino (Château-Roussillon), Le Port (Salses) y Pech Maho (Sigean).
Armas, cerámicas, joyas, objetos votivos, vino y aceite de oliva llegaban a Ensérune desde los puestos comerciales de Rosas, Ampurias y Ullastret en Cataluña, e incluso desde la región valenciana.
© Laurent Lecat / Centre des monuments nationaux
Hacia el año 200 a.C., el auge de la República romana impulsó el comercio con las ciudades galas del Midi. El comercio del vino se intensificó a través de la Vía Domiciana trazada a los pies del Ensérune y que unía Italia con España.
La creación de la provincia Narbonense marcó la integración de la ciudad en la nueva organización administrativa romana.
El uso del latín, la imposición de nuevos sistemas de medida y la diversificación del panteón transmiten la imagen de una ciudad ya romanizada, al tiempo que se construyen grandes mansiones urbanas(domus) en Ensérune, que pasa a formar parte del Imperio Romano.
© Jean-Claude Golvin / Centre des monuments nationaux